Hasta 48 de las cerca de 200 ballenas piloto que quedaron varadas durante esta madrugada en el sur de Australia fueron rescatadas pero 130 murieron ahogadas, informó hoy la radio estatal.
EFE
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Voluntarios y expertos aprovecharon la marea alta para reanudar las operaciones de rescate en la pequeña isla de King, situada entre Tasmania y el continente australiano. Sin embargo, no pudieron hacer nada para salvar a 130 de los cetáceos, a los que unos 150 residentes trabajaron durante todo el día para mantener hidratados. Miembros del departamento local de Parques y Vida Salvaje observarán en las próximas horas a las ballenas rescatadas para impedir que vuelvan a quedar atrapadas en aguas poco profundas.
Los cetáceos y un grupo de seis o siete delfines empezaron a llegar anoche a la playa de la isla, ante la mirada atónita de algunos residentes, que avisaron a las autoridades. Desde finales de noviembre, unas 200 ballenas han muerto asfixiadas en la isla de Tasmania y otras playas del sur de Australia.
Los científicos atribuyen el fenómeno a que se sienten atraídas por el sonar de grandes buques, o bien siguen a un líder enfermo desorientado por tener los oídos dañados.
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