Un meteorito descubierto en Rusia podría contener las claves de la formación del Sistema Solar, según un estudio del Laboratorio de Mineralogía y Cosmoquímica del Museo Nacional de Historia Natural en París (Francia) que se publica en la edición digital de la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS).
Los científicos, dirigidos por Giacomo Briani, examinaron la PX-18, una pequeña roca contenida dentro del meteorito e informan de que la condrita rica en metal mostraba una abundancia excesiva de un tipo de átomo de nitrógeno pesado que se cree que procedía de un material orgánico.
Los autores compararon los niveles isotópicos de hidrógeno, carbono y nitrógeno en PX-18 en comparación con muestras de referencia de la Tierra y descubrieron que PX-18 contenía una distribución poco habitual de isótopos de nitrógeno.
Según los investigadores, mientras que el xenolítico tiene una mineralogía similar al de las partículas de polvo interplanetario, la PX-18 tenía un volumen de más de 30.000 veces los de una partícula de polvo típica.
Los investigadores afirman que el gas y el polvo esparcido tras la formación del Sol, conocido como nébula solar, también contenía niveles muy bajos de nitrógeno pesado, lo que les sugiere que PX-18 podría haberse originado en el Cinturón de Kuiper o en otro lugar del exterior del Sistema Solar.
Los autores concluyen que su estudio desafía los modelos existentes del origen de las anomalías isotópicas de los elementos de la luz.
Los científicos, dirigidos por Giacomo Briani, examinaron la PX-18, una pequeña roca contenida dentro del meteorito e informan de que la condrita rica en metal mostraba una abundancia excesiva de un tipo de átomo de nitrógeno pesado que se cree que procedía de un material orgánico.
Los autores compararon los niveles isotópicos de hidrógeno, carbono y nitrógeno en PX-18 en comparación con muestras de referencia de la Tierra y descubrieron que PX-18 contenía una distribución poco habitual de isótopos de nitrógeno.
Según los investigadores, mientras que el xenolítico tiene una mineralogía similar al de las partículas de polvo interplanetario, la PX-18 tenía un volumen de más de 30.000 veces los de una partícula de polvo típica.
Los investigadores afirman que el gas y el polvo esparcido tras la formación del Sol, conocido como nébula solar, también contenía niveles muy bajos de nitrógeno pesado, lo que les sugiere que PX-18 podría haberse originado en el Cinturón de Kuiper o en otro lugar del exterior del Sistema Solar.
Los autores concluyen que su estudio desafía los modelos existentes del origen de las anomalías isotópicas de los elementos de la luz.
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