José Fuentes-Salinas es graduado de la facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Querétaro, México.
¿Cuál es el papel de la subjetividad individual en los vaivenes de la economía actual en crísis?...
Más allá de los factores materiales del mercado, ¿hay otras cosas menos visibles que deberíamos tomar en cuenta?
Todo parece indicar que sí.
Negación de la realidad y la manipulación de la expectativas.- Hasta lo que ahora se ha dicho, buena parte del problema se derivó del derrumbamiento del mercado inmobiliario. En este, por un lado se generó una creciente expectativa de que las casas eran una forma de inversión al alcance de todos, y, por el otro lado, las compañías crediticias y las entidades reguladoras no les pasaron a los consumidores la "prueba de realidad" para saber si realmente podían pagarlas.
Confianza del consumidor, precauciones reales y exageradas.- Cuando se presentan los primeros signos de la crísis económica, la oferta de casas supera la demanda, las casas pierden su valor y son hipotecadas, la mayor disponibilidad de casas hace que los bancos se vayan en picada y que los créditos se dificulten. Como una reacción en cadena, baja el consumo, empresas diminuyen sus inventarios, recortan personal...
Cuando los medios de comunicación empiezan a enunciar las características de la crísis, como la "mayor desde la época de la Gran Depresión". Los factores subjetivos del consumo se hacen presentes en forma de una desconfianza con respecto al futuro.
Es en este eslabón donde la psicología del consumidor empieza a jugar un papel más importante. Ya no solo quienes habían perdido sus casas o su empleo rebajan el consumo, sino quienes temen que ellos mismos se podrían ver en una situación semejante.
El incremento de los precios de la gasolina del 2008 fue un campanazo más que haría que muchos retrajeran su consumo. Aquí hay que recordar que la Invasión a Irak, que para muchos creó la fantasía de que el petróleo se abarataría, tuvo un efecto desastrozo cuando se visualizó como algo más complicado que impediría el control de sus recursos petroleros.
Psicología del consumo individual y realidad macroeconómica.- La economía actual ha generado una serie de comportamientos, algunos de los cuales tienen más conexión que otros con lo que realmente ocurre.
-La inseguridad sobre el comportamiento de los precios de la gasolina redujo el uso del auto y creó expectativas exageradas en los autos híbridos y eléctricos. Esto hizo caer dramáticamente la demanda de nuevos autos, con la excepción de algunos modelos de bajo consumo de gasolina.
-La caída de los precios de las casas, hizo que muchos posibles compradores se esperaran hasta que la devaluación de la propiedad tocara fondo, incrementando aún más el inventario de propiedades disponibles.
-La mención de "La Gran Depresión" trajo inmediatamente para muchos las imágenes de las lineas de personas esperando un plato de sopa y otras penurias que no necesariamente reflejan lo que podría ocurrir ahora que hay una "paraguas asistencial" más complejo.
-Por otra parte, una vez desatado el desorden en el mercado de capitales, los datos sobre la corrupción en los niveles ejecutivos de los bancos y las compañías inversionistas (bonos exagerados a los CEOS, caso Madoff...) contribuyó aún más a la desconfianza del consumidor.
El mensaje era este: no se puede confiar en la legalidad de la economía de mercado, y el gobierno no ha sido muy eficiente en la supervisión de esta legalidad.
¿Qué se puede hacer?.- Toda la atención del gobierno de Obama está centrada en reestablecer la confianza de los inversionistas y ofrecer, al mismo tiempo, la esperanza a los consumidores de que la economía va a mejorar.
Pero, mientras esto ocurre, las economías locales y regionales ya se han visto afectadas al grado de producir nuevos factores psicológicos que prolongan la incertidumbre y la ansiedad de los consumidores.
El Estado de California acaba de pasar por una de los mayores debacles presupuestales en épocas recientes. El déficit derivado de una menor recaudación fiscal llevó al gobierno de Sacramento a detener por varias semanas el presupuesto del estado. Como resultado, California tuvo que recortar programas sociales y educativos, y aumentar impuestos.
Por otro lado, muchas ciudades han visto disminuída la captación de impuestos, con lo que habrán de tener que recortar proyectos sociales.
Todo este escenario crea condiciones para que no solamente la población desempleada, sino la que aún conserva sus trabajos, se vea afectada por la incertidumbre de la economía.
Además, hay que subrayar que una de las actividades económicas que primero son afectadas en crisis económicas tienen que ver con la salud mental: el recreo (conciertos, restaurantes, espectáculos...).
El ciudadano promedio en esta época está preocupado por:
-Conservar su trabajo.
-Por la disminución del valor de su fondo de ahorro.
-Por la imposibilidad de hacer gastos recreativos que lo mantenían en balance emocional.
-Por la imposibilidad de hacer más por parientes y amigos que han perdido su empleo.
-Por la incertidumbre sobre el futuro económico que le heredarán a las nuevas generaciones.
En este panorama económico, el desacuerdo entre el partido republicano y la administración de Obama es solo un factor agregado a la "crisis de ansiedad" colectiva.
Es por ello que, en el contexto actual, lo que más ayudaría a disminuir las ansiedades colectivas, sería la claridad con que el gobierno de Obama, los representantes de las corporaciones y de la Sociedad Civil tomaran una postura más coherente hacia la crísis económica.
La subjetividad individual, la psicología, tuvo un papel importante en el origen del actual desenfreno económico. La falta de racionalidad en el gasto y el endeudamiento tuvo mucho que ver en los incios de esta recesión. Ahora, una mayor racionalidad en el comportamiento colectivo, institucional y corporativo, es el requisito para que se restablezca la economía.
Recetas para paliar la crisis.- Consumir, ejercer el "poder de compra", no solamente satisface necesidades materiales (alimentarse, vestirse, transportarse...). El consumo tiene un correlato psicológico importante: estar al día con lo ocurre afuera, informarse, disfrutar de lo que ocurre en el mundo, pertenecer a un grupo que se unifica por lo que adquiere, incorporar los símbolos del "progreso"... De ahí que sea importante pensar en ello.
La mejor solución para satisfacer las "necesidades psicológicas" de consumo están en la reducción de los gastos a un nivel cláramente controlable:
-Si no se siente como para echarse el compromiso para comprar un auto, por lo menos cómprese una bicicleta.
-Si no está en situación de hacer viajes largos, por lo menos dese una vuelta a esos lugares cercanos que no son muy caros (cafés, parques, playas...)
-Si no puede está en condiciones de pagar tickets caros para espectáculos, por lo menos váyase al cine.
-Compre aquellas pequeñas herramientas que le permitirían ahorrar algún dinero en reparaciones, o pequeños detallitos personales que le producen pequeños placeres y no le causarán "sentimientos de culpa" posteriores.
En resumen: sea frugal, pero no exagere.
¿Cuál es el papel de la subjetividad individual en los vaivenes de la economía actual en crísis?...
Más allá de los factores materiales del mercado, ¿hay otras cosas menos visibles que deberíamos tomar en cuenta?
Todo parece indicar que sí.
Negación de la realidad y la manipulación de la expectativas.- Hasta lo que ahora se ha dicho, buena parte del problema se derivó del derrumbamiento del mercado inmobiliario. En este, por un lado se generó una creciente expectativa de que las casas eran una forma de inversión al alcance de todos, y, por el otro lado, las compañías crediticias y las entidades reguladoras no les pasaron a los consumidores la "prueba de realidad" para saber si realmente podían pagarlas.
Confianza del consumidor, precauciones reales y exageradas.- Cuando se presentan los primeros signos de la crísis económica, la oferta de casas supera la demanda, las casas pierden su valor y son hipotecadas, la mayor disponibilidad de casas hace que los bancos se vayan en picada y que los créditos se dificulten. Como una reacción en cadena, baja el consumo, empresas diminuyen sus inventarios, recortan personal...
Cuando los medios de comunicación empiezan a enunciar las características de la crísis, como la "mayor desde la época de la Gran Depresión". Los factores subjetivos del consumo se hacen presentes en forma de una desconfianza con respecto al futuro.
Es en este eslabón donde la psicología del consumidor empieza a jugar un papel más importante. Ya no solo quienes habían perdido sus casas o su empleo rebajan el consumo, sino quienes temen que ellos mismos se podrían ver en una situación semejante.
El incremento de los precios de la gasolina del 2008 fue un campanazo más que haría que muchos retrajeran su consumo. Aquí hay que recordar que la Invasión a Irak, que para muchos creó la fantasía de que el petróleo se abarataría, tuvo un efecto desastrozo cuando se visualizó como algo más complicado que impediría el control de sus recursos petroleros.
Psicología del consumo individual y realidad macroeconómica.- La economía actual ha generado una serie de comportamientos, algunos de los cuales tienen más conexión que otros con lo que realmente ocurre.
-La inseguridad sobre el comportamiento de los precios de la gasolina redujo el uso del auto y creó expectativas exageradas en los autos híbridos y eléctricos. Esto hizo caer dramáticamente la demanda de nuevos autos, con la excepción de algunos modelos de bajo consumo de gasolina.
-La caída de los precios de las casas, hizo que muchos posibles compradores se esperaran hasta que la devaluación de la propiedad tocara fondo, incrementando aún más el inventario de propiedades disponibles.
-La mención de "La Gran Depresión" trajo inmediatamente para muchos las imágenes de las lineas de personas esperando un plato de sopa y otras penurias que no necesariamente reflejan lo que podría ocurrir ahora que hay una "paraguas asistencial" más complejo.
-Por otra parte, una vez desatado el desorden en el mercado de capitales, los datos sobre la corrupción en los niveles ejecutivos de los bancos y las compañías inversionistas (bonos exagerados a los CEOS, caso Madoff...) contribuyó aún más a la desconfianza del consumidor.
El mensaje era este: no se puede confiar en la legalidad de la economía de mercado, y el gobierno no ha sido muy eficiente en la supervisión de esta legalidad.
¿Qué se puede hacer?.- Toda la atención del gobierno de Obama está centrada en reestablecer la confianza de los inversionistas y ofrecer, al mismo tiempo, la esperanza a los consumidores de que la economía va a mejorar.
Pero, mientras esto ocurre, las economías locales y regionales ya se han visto afectadas al grado de producir nuevos factores psicológicos que prolongan la incertidumbre y la ansiedad de los consumidores.
El Estado de California acaba de pasar por una de los mayores debacles presupuestales en épocas recientes. El déficit derivado de una menor recaudación fiscal llevó al gobierno de Sacramento a detener por varias semanas el presupuesto del estado. Como resultado, California tuvo que recortar programas sociales y educativos, y aumentar impuestos.
Por otro lado, muchas ciudades han visto disminuída la captación de impuestos, con lo que habrán de tener que recortar proyectos sociales.
Todo este escenario crea condiciones para que no solamente la población desempleada, sino la que aún conserva sus trabajos, se vea afectada por la incertidumbre de la economía.
Además, hay que subrayar que una de las actividades económicas que primero son afectadas en crisis económicas tienen que ver con la salud mental: el recreo (conciertos, restaurantes, espectáculos...).
El ciudadano promedio en esta época está preocupado por:
-Conservar su trabajo.
-Por la disminución del valor de su fondo de ahorro.
-Por la imposibilidad de hacer gastos recreativos que lo mantenían en balance emocional.
-Por la imposibilidad de hacer más por parientes y amigos que han perdido su empleo.
-Por la incertidumbre sobre el futuro económico que le heredarán a las nuevas generaciones.
En este panorama económico, el desacuerdo entre el partido republicano y la administración de Obama es solo un factor agregado a la "crisis de ansiedad" colectiva.
Es por ello que, en el contexto actual, lo que más ayudaría a disminuir las ansiedades colectivas, sería la claridad con que el gobierno de Obama, los representantes de las corporaciones y de la Sociedad Civil tomaran una postura más coherente hacia la crísis económica.
La subjetividad individual, la psicología, tuvo un papel importante en el origen del actual desenfreno económico. La falta de racionalidad en el gasto y el endeudamiento tuvo mucho que ver en los incios de esta recesión. Ahora, una mayor racionalidad en el comportamiento colectivo, institucional y corporativo, es el requisito para que se restablezca la economía.
Recetas para paliar la crisis.- Consumir, ejercer el "poder de compra", no solamente satisface necesidades materiales (alimentarse, vestirse, transportarse...). El consumo tiene un correlato psicológico importante: estar al día con lo ocurre afuera, informarse, disfrutar de lo que ocurre en el mundo, pertenecer a un grupo que se unifica por lo que adquiere, incorporar los símbolos del "progreso"... De ahí que sea importante pensar en ello.
La mejor solución para satisfacer las "necesidades psicológicas" de consumo están en la reducción de los gastos a un nivel cláramente controlable:
-Si no se siente como para echarse el compromiso para comprar un auto, por lo menos cómprese una bicicleta.
-Si no está en situación de hacer viajes largos, por lo menos dese una vuelta a esos lugares cercanos que no son muy caros (cafés, parques, playas...)
-Si no puede está en condiciones de pagar tickets caros para espectáculos, por lo menos váyase al cine.
-Compre aquellas pequeñas herramientas que le permitirían ahorrar algún dinero en reparaciones, o pequeños detallitos personales que le producen pequeños placeres y no le causarán "sentimientos de culpa" posteriores.
En resumen: sea frugal, pero no exagere.
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